
Editorial:Mondadori
Colección: Literatura Fecha de edición: 11-2006 Encuadernacion: Tapa dura Tamaño: 23 x 15 cm. 336 páginas ISBN: 978-84-397-2055-3 18,50 ?
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Texto Contraportada
Un pueblo de los Monegros en los últimos dÃas de la vida de Franco. Un pueblo nuevo, reciente, construido apenas diez años atrás junto a un canal de regadÃo. Alrededor tan solo el desierto. Llueve. No para de llover. Ya todo está anegado, están aislados en medio de esa nada, ajenos al exterior. Un grupo de Guardia Civiles descubre, finalmente, el cuerpo de la Doña al fondo de un barranco. Está muerta. El cabo se enfrenta a su bautizo como jefe del puesto con esta muerte. El sargento no está en el pueblo y con las lluvias no puede acceder a él. Los del pueblo no parecen sorprenderse ante la noticia. Solo se lamentan de que tanta desgracia venga junta: ahora la Doña cuando hace unos dÃas que Isabelita agoniza en un hospital. Pero no se sorprenden. Nada puede sorprenderles, ni siquiera la muerte de Franco, que agoniza en el Pardo sin que a ellos parezca importarles lo más mÃnimo. Llevan el cadáver a la consulta del Dr. Este es un personaje lleno de cinismo, desagradable en su humor, hiriente, pero de una inteligencia inusual. Alguien que no se calla la verdad, aunque esta ofenda. Todos en el pueblo parecen estar de acuerdo: el Dr. no tragaba a la doña, él podrÃa ser el asesino. El cabo joven, inexperto y no vinculado a las viejas formas de actuación de la benemérita, se verá involucrado de esta manera en un caso en el que todos tratan de que actúe como ha venido siendo normal durante los cuarenta años del franquismo: acusando a cualquiera y tirando rápidamente tierra sobre un asunto que se intuye escabroso. Pero él, llevado por un pensamiento que deja entrever ya una nueva época, no aceptará los mandatos del delegado Oneto, el cacique local, y decidirá llevar la investigación hasta el final. La investigación será un tormento para el pobre cabo, que además sufre una fuerte gripe. Sin dejar de llover, con algunos de sus hombres que irán poco a poco cuestionando sus ordenes y su capacidad, él será el único en el pueblo que no podrá entender un asesinato que todos parecen comprender, y callar. Desde el momento de la autopsia el médico -que le va dando pistas indirectamente a través de las historias de su propio pasado- se perfilará como su único y verdadero amigo en el pueblo. Pero esto solo hace la situación más extraña, pues también es su principal sospechoso.
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