Nuestra Crítica
Me acerqué con curiosidad a esta novela de Farmer que había causado gran escándalo en el momento de su publicación y la verdad es que la decepción ha sido mayúscula. La novela ha envejecido muy mal, el sexo de la novela no escandalizaría hoy en día ni a un niño pequeño.
En Carne, el capitán Peter Stragg y su tripulación vuelven a una Tierra muy cambiada, tras un viaje de 800 años por la galaxia. Tras una serie de cataclismos la mayor parte de la tecnología se ha perdido, y cuando su nave aterriza en Norteamérica, se encuentran con una situación en la que varias tribus dispersas guerrean entre si y en el que el idioma, las costumbres y la religión han cambiado muchísimo.
Farmer intenta provocar al lector desfigurando algunas de las más sagradas imágenes de la sociedad americana, como su capital, convertida en un santuario dedicada a celebrar extraños ritos de fertilidad, o el juego del béisbol, que se ha convertido en algo sanguinario y cruel, con una bola con pinchos y donde está permitido golpear con el bate a los jugadores contrarios, aderezándolo todo con escenas de sexo, aunque no llega a ser explicito como en algunas novelas posteriores, pero lo único que consigue es aburrir a un lector que se pierde en una historia absurda que avanza a salto de mata sin un rumbo fijo hasta un final en el que Farmer se saca de la manga una máquina que le permite rematar la novela.
Lo mejor de la novela es que a pesar de las apariencias se trata de ciencia ficción dura, con un uso bastante acertado de la teoría de la relatividad y un buen uso de la biología, pero el resultado final es muy decepcionante, sobre todo viniendo de un autor que años después produciría joyas como A vuestros cuerpos dispersos.
Javier Romero
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